"Ana no te olvides el paraguas, que va a
llover todo el día, lo dice mi movil". Ana recibe mi whatsapp y me hace
caso. Lleva consigo nuestro bonito paraguas transparente que nos sigue haciendo
unicamente compañia, como cada vez que se me courre llevarlo conmigo. El día
que no lo lleve, ese día va a caer una que no veas. Pero Ana no se enfada,
aunque cree que mi movil doesn't work. Hemos quedado en Harlem, nosotras y
Sophie, una classmate de Ana del sur de Francia, de Provenza. No comprende el
spanish así que hacemos un buen intensivo de English. Vamos a ver una misa de
Gospel en domingo que nos han dicho que son espectaculares. Mientras nos
insolamos bajo el Sol, valga la redundancia, llegamos a la iglesia más
recomendada en los foros, pero resulta que hoy empieza una hora más tarde.
Instead of that, vamos a la iglesia donde fui yo lo la última vez. Of course la
encontramos por casualidad, no os vayáis a pensar que yo soy capaz de recordar
como llegar allí. Casi nos dormimos durante una hora y media donde lo único que
hacen es rezar y cantar los hombres. Acabo preguntando cuando empiezan las
mujeres porque son las que animan el cotarro. Resulta que hemos ido a parar a
la única misa de hombres que hacen al mes, así que nos vamos que esto no tiene
ninguna gracia. Volvemos a la primera iglesia y por fin podemos ver real
Gospel, sacar unas fotos y video hasta que nos echan bronca por ello y acabamos
marchando dando una donación de centavos de bronce, mientras buscamos un sitio
para saciar el apetito.
Brunch in Amyrut, Harlem |
Ayer vimos en los foros que el mejor brunh de Harlem es
en Amyrut, y lo corroboramos cuando vemos la cola quilométrica que casi nos
hace desmayarnos durante la media hora de espera. Tenemos tanto hambre que
pedimos media carta. Yo soy un desastre y, aunque Ana me advierte
continuamente, sigo comiendo con los ojos. Las alitas de pollo y las french fries
están increibles pero mi Waffle (gofre) de tamaño de un elefante no cabe en mi
estómago. Descubro que "pecans" son nueces cuando veo mi gofre con
canela y platano rebozado por miles de ellas, que odio con toda mi alma y
siento que soy imbecil de ir a pedir la única cosa que no me gusta en la vida,
pero las saco una a una para poder disfrutar de este gran placer. Me como medio y
ya me entran ganas de vomitar, no puedo más. Retiramos y decidimos andar mucho
por Brooklyn buscando el mercado vintage de segunda nano que se encuentra en
Carrol Gardens y al cual llegamos tarde. Otro día será.
Edu se ha unido a este último tramo y
nos propone un starbucks para no caer al suelo con la insolación que nos está
pegando. Edu tiene sus cosas muy buenas y luego las malas. Primero me hace
feliz eligiendome un frapuchino de vainilla en vez del que suelo coger siempre
de only cofee, pero luego me machaca metiéndose con mi spanish accent y
diciendo que si los américanos me entienden es para ligar solo, pero que si no
vocalizo como ellos no aprenderé nunca. Ya me dirás quien se supone que me va a
enseñar a vocalizar y pronunciar, si mis amigos son de arround the world menos
de America. Me hace enfadar y dice que soy muy susceptible y me molesto en
seguida. Algo de razón tiene, en lo de susceptible digo, que yo soy feliz con
mi spanish accent, y creo que hasta ahora me he hecho entender perfectamente.
Así que me quita las ganas de hablar inglés, con lo feliz que era yo que
llevaba todo el día practicando with Sophie. Por suerte, recupero las ganas
cuando decidimos invitar a cenar con nosotros a nuestro "friend". Es
un chico muy alto que siempre está en la resi y le saludamos Ana y yo diciendo
"hi friend" porque nos parece muy simpático. Por sorpresa mía es
actor y está haciendo un intensivo en NY, dos meses y medio por 350$ está
génial si realmente lo he entendido bien. Mientras paso el texto: creo que no entendí jamás bien las cifras, según mis cálculos y comparaciones este chico debía estar pagando 3.500 $.
Acabamos pillando Chinese food y
comiendo.en.la resi, tambien se une Oscar, de Holanda, que habla ingles a la
perfección. Vittorio, Jose y yo intentamos conversar con ellos pero es
inevitable que nos entren ataques de risa con cada cosa que soltamos. Acabamos
hablando de persianas y de porque coño aquí no existen.
Dejo la resi porque se
me está haciendo tarde y des de mi stop de metro tengo un paseito, asi que me
voy y en media hora llego al hostel, donde conozco a un griego y un israelí y
hablamos un ratito hasta que estoy tan tired que tomo una ducha y aquí estoy,
acabando este domingo en el suelo de la habitación, ya que es la única manera
de cargar el phone y escribir antes de dormir de nuevo en mi litera. Mis compis
d room estan, como yo, enganchadas a sus respectivos telefonos, pero espero que
tengan tanto sueño como yo y que no tarden en apagar la luz. Si no, I'll die
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