Lo que más me llamaba de NY, antes de venir, era
Broadway. No sabía ni como empezar a imaginarlo, parecía que ver un espectáculo
allí era un sueño inalcanzable. Lo cumplí la primera semana, repetí y me dije a
mi misma que aún habría una última despedida, así que cuando María y Recon
dijeron que les haría ilusión, no lo dudé ni un instante. Hoy era el día.
Por
la mañana, después de estar en Union Square en mi rato de escritora me fuí
andando hasta la Public Library, otra vez. Necesitaba dedicarle más tiempo.
Ando de la 14 a la 42, ya no cojo el subway a menos que salga de Manhattan, me
encanta recorrerme la isla andando, hoy llevo mis Nike, así que no hay pies
que duelan. Llego y encuentro la parte que me habían recomendado las sisters,
una zona de exposición llamada "lunch" con cosas típicas de los
sesenta, relacionadas con la comida. Hoy llevo conmigo la cámara buena y me
alegro, porque consigo unas fotos excelentes.
"Lunch hour" in NY Public Library |
Al acabar, está cayendo una
impresionante, como ya no tengo paraguas puesto que se lo regalé a Ana ya que
su compañía de vuelo le permitía llevarlo, tengo que correr e irme refugiando
donde puedo. En una de estas, un chico me pregunta como ir a no se que avenida,
le digo que no tengo ni idea y me empieza a hacer preguntas. Acabamos en una
interrogación sobre mi vida, la cual me ayuda con el abandonado inglés pero que
sinceramente no me apetece nada. No es tan guapo, si lo fuera alomejor esto
continuaría diferente, pero no es mi tipo. Aun así le pregunto de donde es, ya
que se supone que no sabe donde ir y me contesta que de NY, está bien esto. Le
digo bye y sigo bajo la lluvia dos minutos hasta llegar a Pax, nuestra segunda
casa. Comemos ensaladas deliciosas y todas estamos de acuerdo en que no nos
apetece ir al zoo del Brounx bajo la lluvia así que optamos por descansar y
encontrarnos más tarde. Vuelvo a WB (Williamsburg) y me tumbo unos minutos que
se convierten en dos horas. Ya no recordaba la palabra siesta, pero se ve que
mi cuerpo la estaba pidiendo a gritos. Aunque yo, no quiero dormir, ya dormiré
cuando vuelva. Consigo despertarme y no se nada de nadie. Nadie da señales de
vida. Opto por escribir las postales que me faltan y pegar los sellos, eso sí,
no he encontrado buzones todavía y, como solo tengo pilot, algunas están un
poco sucias de tinta, en especial la de Anna Geli, jajaja, pero no pasa nada,
se que me perdona...I hope. Me voy al starbucks de Times Sq hasta que alguien
me diga algo. Me tomo un cofee latte haciendo tiempo hasta que llegan María,
Recon y Antonio ( el italiano, que es amigo de María ;-) ) al parecer la única
que encontró a alguien por aquí. María, especifico esto para que todo el mundo
entienda como evolucionan los personajes de la historia, llega un punto en que
este diario ya no esconde nada en absoluto. Nos vamos los4 al ticket donde
venden las entradas al 50%, y acabamos comprando tickets para Ghost. Preciosa.
Increíble. Mágica. Bien interpretada, bailada, cantada...pelos de punta y
lágrimas constantes, entre muchas risas también. Broadway te llena de magia y
parece que no hay espectáculo que te decepcione. Este nos llega al corazón.
Todo el rato tengo a mi lado una familia, padre madre e hija. Se llama Claude,
tiene 4 años y habla portugués con la mamá, francés con el papá e inglés en la
escuela. Es una monada. Al decirle que soy profe durante el espectáculo me
pregunta cosas, parece que me entiende bien cuando le respondo. Cuando río, me
mira y ríe, cuando lloro, me mira asombrada y cuando aplaudo, aplaude conmigo.
La madre esperaba que su hija se durmiera y la hija aguanta toda la obra, le
tapan los ojos cuando sale el malo porque le da mucho miedo. Si soy feliz
viendo un espectáculo, imaginaros viéndolo con una niña al lado, la primera
niña que me habla en NY, que les tienen muy enseñado lo de no hablar con
extraños. La familia se despide de mi y la niña me dice adiós sonriente.
Nosotros nos vamos al mc donals a por unos nugets, mientras hablamos de lo
increíble que ha sido la obra. Se que es el último espectáculo que veo aquí,
por lo menos de este primer viaje a NY.
No podemos evitar sentirnos tristes,
pero nos autoobligamos a no pensar en eso, que hay que disfrutar los últimos
dias. Como sea. Times Square iluminada me recuerda que la mire bien, porque
pronto estas imágenes solo quedarán en el recuerdo. Un recuerdo inolvidable.
Bye bye Broadway. Ha sido una experiencia inigualable.
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