Son las 18.h
de la tarde y estoy tirada en los sofás de la resi, sola, esperando des de hace
una hora a Edu y las venezolanas que me dieron que "ahora venían".
Me he quedado dormida y aquí no ha aparecido nadie. Estoy hecha polvo, he
dormido pocas horas y sinceramente, no tengo ni ganas de redactar estas lineas.
Pero si lo he estado haciendo durante un mes ahora tampoco puedo abandonar, no
sería justo para los que me siguen. No tengo mucho que hablar sobre Ayer,
después de atreverme a ir a la peluquería en NYC y de que la peluquera me
contara sus aventuras de como llego aquí y empezo su vida, me fui al albergue a
dormir un par de horas para poder aguantar la noche de hoy.
Es el cumple de Edu
y ha decidido alquilar una limu entre unas 20 personas. Muy emocionante para
los que no lo hemos hecho nunca. A mi me entra el bajón cuando el driver me
dice que no puedo abrir el techo y gritar con los pelos al viento. "This
is just in the movies, Irene" me dice Giuliu, el amigo italiano de Edu. Así que perdida la la ilusión, empieza un botellón sobre ruedas mientras damos
vueltas por Toda la city.
Realmente no se ni por donde estamos pasando, hasta que nos hace una parada en el Puente de Brooklyn.
Ana dice que disfrutemos como
si no hubiera mañana y las venezolanas se lo toman al pie de la letra,
sobretodo Recon, que hoy ya no se acordaba de nada. Acabamos en una disco
llamada Greenhouse dnd las chicas pasamos gratis y los chicos tienen que pagar,
reglas de NY.
No tenemos problemas para entrar todos y la noche prosigue entre
bailes, risas y cubatas robados de toda la peña que compra botellas. Bueno, robados, e invitados también, para que nos vamos a engalñar. Un poco al
estilo Lloret de Mar. Esta noche no conozco a nadie ni hablo inglés.
Solo bailo
sin parar. Bailo como si de verdad....NO HUBIERA MAÑANA.
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