16 de Agosto de 2012 Día 40: Oh my God!

Katz's

He pensado mucho sobre donde ir a escribir hoy. Esto llega a su fin y cada dia el writing time me pide a mi misma que tenga lugar en algun sitio especial. Me he levantado borracha aún, dando gracias por estar sana y salva en casa de Olga. Por un momento he pensado que si dejaba en blanco el diario de ayer no iría muy errada, porque no miento cuando digo que casi no me acuerdo de nada. Como puede el alcohol jugar así con nuestras cabezas? Sin embargo no me duele la cabeza, ni la barriga y sigo con energía, así que me doy una ducha que me resucita y decido usar a mi estómago como guía. Me ha traido hasta el Katz's Delicatessen ( Film "Cuando Harry encontró a Sally") a por un cheese cake orgásmico y una Pepsi, que intenta suplir a la Coca-Cola que necesitaba en un día así, pero no lo consigue. 

Katz's
Me siento feliz cuando me preguntan si se como funciona y digo que sí, como si llevara viniendo toda mi vida. Sin dudarlo, me siento en el lugar donde rodaron la escena, indicado con un cartel enorme. Mientras escribo, la gente se gira a mirar y algunos rien. Que hace esta chica sola sentada en el punto de interés del restaurante? No me importa, me gusta estar sentada aquí, donde una vez, hace tanto, Meg Ryan rodó esta mítica película. Hacen fotos, siguen mirando y yo, entre bocado de cheese cacke y trago de Pepsi me dispongo a contaros hasta donde la memoria alcance el día de ayer. Mi mañana de "forever alone" cada dia me aporta más. Primero, por eso, vamos a desayunar con Olga, que me lleva a un bar precioso de WB, al más puro estilo "Born" de Barcelona. Me encanta. Aprovecha para enseñarme el barrio antes de que el equipo la recoja. En WB las tiendas abren a las 12 hasta las 7, asi que me quedo con las ganas por el momento. Ella se va a su rodaje y yo aprovecho para hacer aquello que tengo pendiente. Primero voy al Soho, en busca de una papeleria que me ha recomendado Anna Canudas desde Barcelona, y a mi, estas cosas me encantan, asi que la encuentro si o si. Se llama Greenwich Letterpress, es casi de un metro cuadrado pero tiene cada cosa que me hace permanecer allí dentro media hora de reloj. Compro tres cositas, ninguna para mi. Al final, creo que he gastado más en los regalos que en mi misma. Siempre pensando en los demás, claro, luego asi me va la vida. Es broma, lo de que así me va en la vida quiero decir, que lo de los regalos es cierto, pero de mi vida estoy muy contenta. Todas las mañanas lo pienso y me doy cuenta que estos momentos de reflexion me hacen sentir mejor, mejor que hace un mes o dos, o que el día anterior. Son momentos para mi, algo que no estaba acostumbrada a hacer porque siempre tenía obligaciones, aunque fueran preparar cosas para el cole o estudiar un guión, pero esto de no hacer nada y solo pensar, es algo que deberíamos hacer todos de vez en cuando, os lo recomiendo. Esto cada vez se llena más y yo como el cake demasiado lenta, me acabaran echando. Después de la papelería me acerqué al Upper East Side, en busca de los jardines de Katharine Hepburn, la actriz. Lo vi también con Ana en callejeros viajeros y me hacía ilusión verlos. Estoy sola, por aquí no hay nadie y me los recorro lentamente, cámara en mano, parando a leer cada frase de la actriz, que están grabadas en el caminito del suelo. Increible. Estoy de acuerdo con todas las frases que leo. La que más me llama la atención es una que dice algo sobre el arrepentimiento. Todos nos arrepentimos de las cosas estúpidas que hacemos, si tenemos sentimientos, si no nos arrepentimos, quizá es que somos estúpidos. 

La subo al facebook pero, una de dos, o la gente no la entiende, o no lo entiendo porque recibe más me gustas la que salgo con las venezolanas en Mc Donnals. Por favor, leerla y releerla, y pensar y si estáis de acuerdo darle a "me gusta". Finally, me encuentro con mis lindas amigas que vienen felizmente prepadas con sus "bultos" (mochilas) para ir al Zoo del Brounx. No es un zoo cualquiera, no hay jaulas. Los habitats de los animales son como una selva entera. Tanto, que no conseguimos ver a penas animales, todos están escondidos, quien sabe donde. Tristes, después de haber comido entre abejas, nos tenemos que conformar con los flamingos, un león y las girafas, ni si quiera encontramos las butterflies y de los monos ya, ni hablar, y eso que me habían dicho que estaba lleno de Gorilas. Nos vamos, cansadas de andar en busca de tigres y regresamos cada una a su casa para ducharnos y volver a quedar. Empezamos la noche Recon y yo, en el after work de Bryan Park, un chiringuito al aire libre, bebiendo vino blanco y observando el personal que sale de su jornada laboral. Al final, a quien observan es a nosotras, después del grito que pego cuando una rata enorme se pasea felizmente por el suelo del bar. Los neoyorquinos están acostumbrados pero nosotras ya no nos quedamos tranquilas. Decidimos ir a comer algo porque los efectos del vino empiezan a notarse, así que nos acercamos a una pizzeria. Pedimos y cuando nos disponemos à pagar, el camarero dice que el hombre que va detrás nos quiere pagar las pizzas. Le decimos que no, pero insiste, asi que le dejamos, es un hombre mayor tipo homeless que nos da miedo, así que esperamos a que se vaya y volvemos a Bryan Park a por más vino. 
Bryan Park

El mismo vino que hoy estoy odiando porque empieza a retumbar en mi cabeza. Que diría Edu de esto, que siempre se mete con nosotras por lo de beber gratis. Ahora cena incluida. Después nos dirigimos a Meatpaking district, donde hemos quedado con unos amigos de Recon. Subimos a un club que está en la rooftop de un hotel, del cual no recuerdo el nombre, pero que nos encanta. Nos invitan a una copa. Hay un americano, argentino, otro chico de no se donde y una chica de Mallorca que está haciendo las prácticas de la carrera aquí. Hablamos en inglés, bailamos un rato y cambiamos de local y vamos al Cielo (Reescribo: resulta que el lugar real donde fuimos se llama "Kiss and Fly" I think), donde se nos unen Maria y Antonio. Solo de entrar bebemos chupitos de Tequila, cosa que acabo de recordar justo ahora mientras escribo. A partir de aquí no puedo continuar, se que conozco gente y creo que hablo English, supongo vaya. Pero de verdad que lo siguiente es un blanco enorme hasta que llego al taxi y le.repito la dirección tres veces casi gritándole al oido, durante el trayecto hago esfuerzos para no dormirme y consigo llegar a casa viva. 

Se acabó el cheese cake. 

Se acabó la Pepsi. 

Y, una vez más, no tengo señales de vida de nadie, solo un dolor de cabeza enorme, sueño y nose si ganas o no de que Recon y María me ayuden a recordar. Quizá prefiero el blanco enorme. Oh my God...

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