Días que parecen semanas, semanas que parecen meses y
un mes y medio que llega a su fin, dando la sensación de llevar aquí mucho más
que eso. Hemos aprendido a vivir aquí, ya no somos turistas, ya no soy esa
chica que se emociona al ver la estatua de la libertad, las luces de Times
Square o la inmensidad de Central Park. Ya me he acostumbrado y me encanta que
formen parte de la más pura cotidianidad. Voy tan segura de un sitio a otro que
cada día me preguntan como llegar a algún lugar, e incluso a veces, antes de
contestar el habitual "I'm sorry I'm not from here..." paro y pienso
que se indicar perfectamente, y lo hago. Ayer por la tarde fui a la resi a ver
si mis amigas estaban vivas, y todavía seguían en cama. Las desperté y hablamos
de la noche entre risas. "Pero yo que hacia? no hice nada de lo que me
tenga que arrepentir no?' les preguntaba. "No Irene, tu solo hablabas
mucho, con un inglés muy fluido!!" me dice Recon. No falla, sales bebes y
sabes más inglés de lo que te piensas. Cuando le cuento esto a Olga me dice
"claro si es que cuando llegas a ese punto lo que tienes que hacer es
salir mucho!". Menudos consejos, que yo luego me los tomo al pie de la
letra. Maria se va con Antonio y Recon y yo decidimos ir a la Pizzeria
Grimaldi's, la mejor de NY, ubicada bajo el puente de Brooklyn.
Son las 4.30 y
hay una cola que nos hace esperar media hora para entrar, pero vale la pena, es
la mejor pizza que he probado en mi vida y os aseguro que no exagero. Decidimos
que es nuestra comida-merienda-cena y nos vamos a la resi a dormir una siesta
de dos horas. Por la noche, quedamos en WB, yo las iba a llevar al bonito bar
de la playa pero llegan tarde, para variar! Así que mientras, me voy con Olga y
todos sus amigos cinematógrafos al Union Pull. Allí, poco a poco va llegando
más gente. Carmen y Pedro, del dia de los Goonies, Vittorio con su roommate,
los amigos de Recon de anoche, Llucia, incluso, acaban llegando Edu y sus
amigos. Como un milagro, porque Edu ha desaparecido una semana entera. Seguro
que lo que quería era formar parte del "Where is Lola? o "Where is
Paco?" que ya quedan tan lejos. Pero en fin, dejémonos de bromas que lo
importante y cosa no tan sencilla, es que conseguimos reunirnos todos.
Tomamos
unas copas y hablamos. Una noche más de tranquis que viene que ni pintada
después del desfase anterior. Vittorio se despide el primero porque su vuelo sale
de madrugada. Empieza a ser una realidad lo de que esto se acaba. No tengo
ganas de llorar ni me siento triste, como en las otras despedidas. Supongo que
una se va haciendo más fuerte (menos mal, creo que me conformo con haber
aprendido esto!) o ahora ya no es la sensación de "ellos se van y yo me
quedo". Si, me quedo, pero solo dos días más. Prácticamente no es nada, es
lo que me deja NY para despedirme sola de esta aventura, cosa que me viene
perfecto como escritora del diary, lo de ser, en este caso, la finalista del
grupo que empezamos. Las venezolanas se van todo el finde a casa de sus primas,
pero el domingo nos veremos de nuevo. Edu se va mañana así que no hay que
despedirse todavía.
Dice que no me va a echar nada de menos, es la persona
menos sentimental del mundo, pero me recuerda a los tipicos alumnos que nunca
me quieren hacer caso y les encanta llevar la contraria aunque en el fondo no
lo piensen, como mi Arnau de hace dos años, o Aleix de ahora. Aunque esta
semana me ha abandonado por completo, me llevo buenos momentos con él, aunque,
todo hay que decirlo, me llevo también grandes ralladas mentales a causa de
muchas de nuestras conversaciones. Es inevitable, pocas personas te dicen todo
lo que piensan, y aunque no esté de acuerdo al cien por cien, se que en muchos
aspectos tiene razón. Quizá no se muy bien que hacer con todo esto, me hace
pensar y reflexionar sobre mi misma. No se si molestarme o agradecerle. Pero
creo que optaré por llevarmelo en mi saco de experiencias y simplemente,
tenerlo en cuenta. Yo hace tiempo que no vivo completamente en mi "mundo
de yupi" pero si que es verdad, que intento no perderlo del todo, porque
necesito vivir las cosas intensamente. Se que ser así tiene riesgos, porque si
eres tan sensible, cuando te hacen daño sufres el triple, pero también, las
cosas buenas son el triple de buenas. Habrá que ir encontrando una balanza y
dejarlo, aunque sea, en un poco intenso pero no tanto. Lo se. Porque si no,
después de este viaje no habría nada que me valiera tanto la pena, y no seré
así. Me comportaré con un poco más de madurez. Guardaré el mejor verano de mi
vida, todo lo que me llevo y he aprendido, pero valoraré lo que tengo allí. Eso
si, con la meta de ahorrar de nuevo, porque NY aún tiene mucho que ofrecerme.
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