14 de Julio de 2012 Día 7: A sweet day.

Hangover o maybe hungover because I thought One and My teacher says the other One, I Don't know but I Don't Mind, I only want an Ibuprofeno and have a shower. And I do it. 
Después ponemos una lavadora Nacho y yo que ya tenemos muchas cosas para lavar. Esta aventura no tiene gracia porque nos sale bastante bien en cuanto conseguimos averiguar qué es la lavadora y qué es la secadora. Mientras nos vamos reuniendo todos, que las chicas tenemos que irnos con Ruben que nos hará un Tour de series. Antes de irnos, Edu y yo, que somos los que más tiempo nos quedamos, vamos a comprar un Movil con número americano. Miriam me trae un frapuchino a la tienda de móviles pero les digo que vayan tirando y los atrapo en un rato, después de que me tramitan el número. Ahora ya estaré comunicada con números americanos como Ana, Edu y Paco, cuando reaparezca, of course.
Me encuentro con el resto y llevo la cámara buena por primera vez. Hoy tengo ganas de hacer buenas fotos. Después de un paseo por Whashintong Square y ver como los niños se bañan en la fuente como si se tratara de una piscina, vamos a desayunar a las dos del mediodía a Magnolia Bakery, famosa por Sex and the City, donde comemos unos cupcackes delicious. So sweet!





Después casa de Friends, casa de Sex and the City etc. Vamos a comer a la  hamburgueseria escondida dentro de un hotel de lujo, la música y el ambiente nos anima. Las hamburguesas están de muerte y la ración enorme de patatas con kechup...mmm...la coca-cola nos resucita y continuamos el tour. Ana y Laureline nos abandonan y Ruben, Miriam y yo vamos al bar donde se inspiraron para hacer How I Met your mother. Es tarde y tenemos que prepararnos para la fiesta de la noche, así que volvemos a casa. Ruben tiene un piso alquilado en el centro, Miriam y yo volvemos a la resi. Laureline hoy se va de fiesta con sus amigos franceses. Tengo una hora para descansar y prepararme.
Ya estamos a punto de irnos y Edu, que no viene porque su madre ha venido a pasar una semana con él y están en un hotel, nos pide que nos llevemos con nosotros a una Brasilian Girl que está sola y ha venido una semana de visita, o sea, que nos la quiere encasquetar. Le decimos que no la podemos llevar a casa de Ruben, porque hoy era una Spanish Party en plan íntimo. Pero ya es demasiado tarde, la tía nos está esperando. Su cara me suena y no se de qué, por el camino en metro me acuerdo quien es, una pesada que no para de venir a buscar a mi roommate all the time. A la Laureline no le cae bien y a mi tampoco. Es un poco impertinente y no para de tontear con los chicos todo el camino.
LLegada a Ruben's house, no está nada mal, pedimos pizzas y coca-cola. La casera le ha dicho que podemos coger las bebidas que necesitemos, nosotros, evidentemente, nos lo tomamos al pie de la letra. Vamos a la terraza y empieza la part con nuestras amigas las "cucarachas". La Brasilian tiene un tatuaje de una pussycat (gatita) muy cutre en la pierna, cuando Ana lo ve, empieza a cantar "yo soy tu gatita" sin parar a pensar que tal vez nos entienda. Cuando acabams de comer, la pussycat finge un "stomache" y no actua demasiado bien. Se quiere ir y nos pide mil perdones innecesarios, porque aún no entendemos que pinta aquí. Nacho y Alejandro la acompañan al taxi pero antes de irse nos obsequia con unos abrazos efusivos que casi nos cortan la respiración a la vez que nos menea como si de una montaña rusa se tratara. Finalmente, se va. La fiesta se anima más, tanto que nos dan las dos de la mañana, pillamos taxi hasta la disco, un sitio llamado "La rooftop 230" de la 5th ave.
Pero no nos dejan entrar porque es demasiado tarde. En la entrada hay más gente como nosotros y, como no, son spanish. Tanta ciudad que nunca duerme pero en fiesta no nos gana nadie. Aquí el grupo se parte en dos. Ruben, Miriam y yo nos vamos al West Vllage, la zona alternativa, esto si que es AWESOME. Entramos en el "Cafe Wha" donde una banda toca en directo, pllamos un cocktail y filosofamos de la vida, en inglés. Siempre que nos emborrachamos Miriam y yo hablamos inglés.

Acaba la noche y pillamos un taxi que nos devuelve por 25$, esta vez no hay aventura de vuelta, por fin. Solo que nos pasamos el viaje contándole al taxista nuestra aventura del day before. Vamos a la room de Miriam a comer chocolate y, de paso, tarrinas de Hagen Dash de su roommate, que se ha ido a pasar el finde a Washinton y le deja su comida. Como no tenemos cuchara comemos con el dedo. Están buenísimos. Seguimos filosofando de la vida, pero ahora en spanish, Miriam mientras habla se da cuento que está perdiendo su acento gallego.
Miriam: Jo Irene, voy a volver a Coruña hablando "català", en vez de inglés.

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